Grítame, mi niña,
grítame que yo me entere
cómo era ver el mundo con tus ojos
y reírle con tu risa
y dejarlo como tonto.
Grítame, mi niña,
grítame que yo me entere
cómo era poner un pie
delante del otro
y hacer camino
y sentir del todo.
Grítame, mi niña,
grítame y dile a Wendy
que sobran puntadas en la sombra
y me faltan unas cuantas en el alma
para reírle con tu risa
y caminar como caminas...
...y asegurarme tu presencia.
Grítame, mi niña,
grítame, que no me entero.
Que se me han cerrado las miras
que sólo veo el color negro.
Increíble pequeñuela. No sé si por cincunstancias personales, pero me ha llegado especialmente a la patata. Me ha hecho sentir mucho con esta entrada.
ResponderEliminarAunque no le comente mucho, siempre la leo, y es un placer :)
¡Un fuerte abrazo de esos que se enredan los pelos!
Ojalá no le tuviera que llegar por circunstancias personales (ni yo escribirlo por las mismas) pero me alegra muchísimo que le haya hecho sentir cosas ^^ (¿para qué escribimos si no?)
Eliminar¡Otro abrazo para usté con mucho champú y mascarilla! :DDD