La pequeña fracción de segundo en que dos desconocidos intercambian una mirada. La primera y la última, o la primera de muchas.
Las chispas de una historia en color sepia. Las aristas de un par de canciones en verano. Un microclima del que sólo entienden las retinas y un latir que no comprende de la profundidad de sus pupilas. El fervor del viento y la eterna duda en su regazo. Voces intercaladas en ecos que rebotan y se entrelazan en su propia bipolaridad; que no saben si vienen o si van. Hojas de calendario indecisas. Guitarras que un día corearon su nombre y notas que cambiaron de cuerdas a las que cortejar.
La pequeña fracción de segundo en que dos conocidos intercambian una mirada. No dejes que lo que tuvo una primera, tenga también una última.