18.10.12

Mírame.

La pequeña fracción de segundo en que dos desconocidos intercambian una mirada. La primera y la última, o la primera de muchas.

Las chispas de una historia en color sepia. Las aristas de un par de canciones en verano. Un microclima del que sólo entienden las retinas y un latir que no comprende de la profundidad de sus pupilas. El fervor del viento y la eterna duda en su regazo. Voces intercaladas en ecos que rebotan y se entrelazan en su propia bipolaridad; que no saben si vienen o si van. Hojas de calendario indecisas. Guitarras que un día corearon su nombre y notas que cambiaron de cuerdas a las que cortejar.

La pequeña fracción de segundo en que dos conocidos intercambian una mirada. No dejes que lo que tuvo una primera, tenga también una última.

14.10.12

Deshaciendo nudos.

Tenía ganas de que lloviera, como siempre. De que la melancolía me cogiera en casa, en el salón, con una manta y una taza de chocolate entre las manos. Tenía ganas de que hoy el cielo me acompañara, y de que sus aguas me susurraran que estuviera tranquila. Que no pasaba nada. Que tal como ahora empapaban las baldosas, al día siguiente ya se habrían evaporado. 

Y es que el gris es así. Flota. Va y viene. A veces nos cala. Otras, nos coge en la cama. Pero se seca, se va. Nos deja su olor y lo sustituimos por canciones y el tamborilear de los dedos. Por sonrisas y un improvisado baile en el corazón.

Pero tal como ronda el gris, lo hace también el azul del cielo, el candente dorado del sol, y el húmedo verde de los árboles que madrugan. Flota, gris, flota, que yo dejaré los pies en la tierra.

8.10.12

Concierto para el alma.

No ser alto,
no ser bajo,
no ser gordo,
no ser flaco.

Saltar con cada verso,
raspar cada palabra,
acariciarlo como un beso
y no estar solo ante la nada.

Ser voz,
ser corazón,
ser alma,
no ser razón.

Lanzar el puño al aire
y que no replique nadie.
Gritar tus sentimientos
y que no se los lleve el viento.

Ser voz.
ser corazón,
ser alma,
ser canción.



4.10.12

Sistema Persolar.

Asomar la cabeza fuera de tu mundo y preguntarte por el de los demás. 

Escuchar su música, oler su perfume y leer su mirada cuando pasa a tu lado. Imaginar. Inventar. Volar hasta ellos y hurgar en el satélite de sus recuerdos. Acariciar cada cráter con el dedo. Descubrir en su bufanda un asteroide con nombre y apellidos, y en su trenza el amor del Sol. Que su pestañeo te susurre que ha llovido, y su órbita te grite que no le importa. Dejar que te despeinen sus vientos del sur, y que los del norte te dejen congelado. Tomar fotos del viaje. Y que nunca se te olvide.

Meter la cabeza de vuelta en tu mundo, y sembrar.