9.6.12

Qué bello es vivir.

De pequeña solía pensar que todas las historias que pasaban por mi cabeza habían ocurrido de verdad alguna vez. Aquí o allí, en ti o en mí, pero ciertas a fin de cuentas. Y por algún motivo, yo era quien debía contarlas para que todo el mundo se enterase, sobre todo mis amigos. Porque nosotros éramos los protagonistas de aquellos castillos, los jinetes de aquellos caballos y los mejores exploradores de Zaragoza. Todavía me recuerdo sentada en la mesa de la cocina cosiendo las páginas de nuestra nueva aventura. Ideando una portada, haciendo letras bonitas y rellenando los huecos de mis bloqueos con los dibujos más básicos que conocían mis manos.

Y qué bonito es escribir. Qué bonito es descubrir en tu mente escenas ajenas en blanco y negro, a color o en sepia; ser testigo de historias que no has vivido, ¿o sí?; de amores furtivos que no has protagonizado, ¿o sí? Qué bonito es ser testigo de conversaciones que sin decir nada, lo dicen todo; de esos gestos que sólo tú puedes contar; de esos secretos a media noche que sólo son confiados a tu papel, secretos de esos que se enmarañan en las líneas de tu cuaderno y los recovecos de tus recuerdos.

Qué maravilloso es leer un autor y darte cuenta al escribir de que eres la peor y más dulce de sus copias; cerrar un libro y tener ganas de superar lo que te ha mantenido en vilo. Qué maravilloso es soñar con tu primera obra en papel; con que alguien te diga que se ha visto dibujado en cada curva de cada letra de cada palabra de cada frase que tú has narrado. Qué maravillosa es la primera noche que te quedas hasta tarde sólo para escribir; o la primera en que te levantas con las pestañas todavía pegadas a horas intempestivas sólo porque acabas de tener una idea brillante. Esa misma idea que por la mañana no lo será tanto, pero esa misma idea por la que lucharás. Esa misma idea que otra noche cambiará de forma, pero esa misma idea que algún día impedirá incluso que te acuestes para convertirse en parte de ti.

Y qué increíble es encontrarse volando con cada línea que sale de tus dedos, y no sólo de tus dedos: de tu corazón. Y qué increíble es verse observando el mundo. Y qué increíble es poder decir "te quiero", pero de modo que jamás se le olvide. Y qué increíble es ver de otro color. Y qué increíble es descubrirse en cada párrafo o en cada verso. Darse cuenta de que tal vez no todo es inventado. Darse cuenta de que sentimos más de lo que creemos. Darse cuenta de que somos el coro de esa voz que dice "no te vayas, vuelve, quédate a mi lado"; de esa voz que pide perdón y a veces, los domingos, se hunde; pero también de esa voz que ríe a carcajadas hasta que le duele la tripa.

Y qué bonito es. Y qué maravillo es. Y qué increíble es.

Y qué bello es vivir.

2 comentarios:

  1. *-* Me encanta Cris!! por la idea de que todas las historias de una mente le han pasado a otra persona, por la certeza de lo bello que es saberse un escritor mediocre, y porque la vida es bella :)

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    1. Muchas graciaas, Marinaaaa ^^ ¡tú sí que eres bella! :3

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